Los de Pereda visitaban al líder,pero el temporal obligó a suspender el encuentro en suelo guipuzcoano y dejó al minibús donde viajaban jugadores y cuerpo técnico atrapado en su regreso durante horas en la subida al puerto de Etxegarate, uno de los puntos críticos del fin de semana en la N-1, colapsado por un centenar de vehículos entre coches y camiones.El puerto se sitúa a unos 650 metros y la alerta naranja activada preveía nieve en torno a esa altura.
El entrenador, Javier Pereda, que pasaba por los micrófonos de Radio Llodio recuerda la situación de impotencia vivida.La jornada de los alaveses arrancó con el camino hacia Loinaz previo paso por Vitoria para recoger a los futbolistas que allí residen. Recuerda Pereda que “a las cuatro y media más o menos pasamos por Etxegarate y había algo de nieve, pero la carretera estaba bien”
La primera sorpresa se la encontraron al llegar al campo guipuzcoano y comprobar que no quedaba ni rastro de su hierba artificial. Un manto blanco cubría el césped, y ya se intuía que sería imposible jugar. Entonces, sobre las cinco de la tarde se decidió que se suspendía el encuentro, y se iniciaba la aventura. “Al subir el puerto ya vimos que había bastantes vehículos, coches intentando dar la vuelta, camiones que bloqueaban la carretera,un caos”, señala Pereda.
Los componentes del Amurrio se percataron enseguida que había atasco para rato. “Algunos de los jugadores se bajaron para empujar coches y ayudar en lo que se podía”. apunta el entrenador.
Al final, fueron “más de tres tres horas que estuvimos ayudando y empujando coches.Nosotros tuvimos suerte de ir en un minibús porque con uno más grande no hubiéramos podido dar la vuelta” matiza.
De regreso “dimos la vuelta a Euskadi ya que el equipo tuvo que buscar vías alternativas y pasar por San Sebastián, Eibar y Vitoria antes de entrar en Amurrio sobre las 23.45 horas de la noche. “Fue un día perdido y ya hay que pensar en mañana ala ocho , cuando se disputará el partido aplazado” concluye Pereda.
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